sábado, 14 de octubre de 2017

PLAGIO: ¿ORIGEN O CONSECUENCIA DEL PENSAMIENTO CORRUPTO? (INTRODUCCIÓN)

¿Les ha ocurrido que miran las noticias y sienten una ira que nace en medio del estómago y va ascendiendo hasta casi hacerles explotar la cabeza, cada vez que mencionan casos de corrupción en el gobierno?
Algunos llaman a esa sensación: "Indignación" y lo difunden en forma muy efectiva a través de la redes sociales y es tanto el impacto, que logra afectar seriamente la mayor parte de sus aspectos personales, profesionales y laborales.
Bueno, eso sentimos quienes trabajamos en Educación, pero nuestra reacción no es frente a un televisor y sus noticias, sino frente a una hoja de papel o una pantalla de computador, leyendo el producto de un estudiante o aprendiz.
Es así que me surge un cuestionamiento esencial:
"Prácticas como el plagio o la usurpación de derechos de autor, ¿se constituyen como origen o consecuencia de un pensamiento corrupto?"
Soy Instructor SENA hace cerca de doce años y es una pregunta que me he hecho en forma reflexiva una y otra vez cada que reviso producciones textuales de mis Aprendices en Gestión Administrativa, que es la Red en la que me desempeño en mi Centro de Formación. Es una pregunta cuyas respuestas van de un lado a otro dependiendo de las circunstancias en que se ven involucrados los casos de plagio, lo que deriva en una especie de círculo vicioso cuyo vórtice apunta generalmente a nosotros los Instructores, por aquello de la coherencia entre discurso y acción o como solíamos escuchar a nuestras madres: "predicar con el ejemplo".
Ahora bien, poniendo en perspectiva esta conclusión, en la que se podría decir que el plagio vendría siendo una consecuencia porque si como estudiante observo que mi profesor tiene esta práctica, entonces estaría "autorizado" moralmente a hacerla, delegando tranquilamente mi responsabilidad en asumir las consecuencias de esa acción, cabría cuestionarnos sobre la corruptibilidad de la ética personal. Ahí ya toma otro giro esto, porque si el entorno cambia mi acción y la corrompe, quizá es porque mi grado de corruptibilidad más que ser activado, lo que encontró fue una brecha para aflorar, tal como lo expone la Teoría de la Ventana Rota
Tenemos entonces que el plagio, sin constituirse netamente como origen, no respondería a la connotación plena de consecuencia a partir de un Locus Externo, sino de un patrón con trasfondos bastante interesantes, que nos llevarían a plantear una segunda pregunta problémica:
"¿El Pensamiento Corrupto es de carácter individual o colectivo?"
El balón ahora está en su cancha, estimado lector.

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